martes, 22 de enero de 2013

La leyenda de Cantuña




Se dice que hace muchos años atrás cuando se construía el atrio de la Iglesia de San Francisco trabajaba un indígena llamado Cantuña, que era el responsable de terminar la obra.
El tiempo pasaba y la obra no se concluía, Cantuña era amenazado con ir a prisión si no terminaba la obra a tiempo y esto lo ponía muy nervioso.
Pero un día, cuando regresaba a su casa salió de entre las piedras un pequeño hombrecillo vestido de rojo, con nariz y barba muy puntiagudas que con voz sonora le dijo: Soy Satanás, quiero ayudarte. Yo puedo terminar el atrio de la iglesia antes de que salga el sol. A manera de pago, me entregarías tu alma. ¿Aceptas?
Cantuña, que veía imposible terminar la obra a tiempo le dijo: Acepto, pero no debe faltar ni una sola piedra antes del toque del Ave María o el trato se anula.
De acuerdo - respondió Satanás. Decenas de diablos se pusieron manos a la obra y trabajaron sin descanso.
Cantuña, que miraba con miedo cómo se iba terminando la obra se sentó en un lugar y se dio cuenta de que faltaba una piedra.
Fue entonces cuando sonó el Ave María y al faltar esa piedra para terminar la obra logró salvar su alma.
l diablo, muy enojado, desapareció y Cantuña además de salvar su alma pudo ver terminada la obra que se conserva hasta hoy.








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