martes, 22 de enero de 2013

El hombre-lobo de Chalons




Este sastre demoniaco era originario de Francia, en el año de 1598 fue acusado de asesinato, se cree que sus crímenes eran tan impactantes que después de su juicio todo documento referente a su proceso fue destruido para que nadie conociera sus abominaciones.
Se rumorea que sobrevivió un documento clandestino que cuenta como este sastre engañaba y atraía a niños con dulces y ropa llevándolos a su sótano el cual estaba recubierto con madera y tela para aislar cualquier ruido,
Una vez dentro los desnudaba y abusaba sexualmente antes de degollar sus gargantas. Guardaba partes de los cuerpos que mas le gustaban para comerlos poco a poco mientras conseguír mas victimas, ya que esperaba a que se dejara de buscar a sus victimas para atacar de nuevo
Cuando agotaba sus reservas frecuentaba el bosque en forma de lobo para asechar hombres y niños, se cree que de esta forma llego a matar a mas de una docena. En su casa encontraron barriles llenos de huesos humanos, la mayoría de niños que parecían estar ahí desde hace mucho tiempo
Fue condenado a la hoguera, según los chisme de aquellos tiempos se le vio como su carne era atravesada por las llamas y su cabello quemado pero aun así nunca se le escuchó pedir perdón o clemencia, en lugar de ello se le oyó blasfemar y maldecir hasta la muerte, cosa que para los espectadores era señal de que su alma ya pertenecía al demonio
Publicado por Candela.




Ruidos en la casa




Esta historia, nos dejo a mi y a mi amiga Avril, petrificadas del miedo . . . Si la leen traten de no pensarla mucho en la noche, pues puede ser que tu sueño pase a ser la realidad y sea un sueño para siempre . . . Hace como 2 años, mi amiga Avril y yo (Amy), estábamos en clase, ella en el recreo me invito a ir a su casa, yo le dije que si que quería, pero tenia que pedirle permiso a mamá, mi madre me dejo. Lo que no sabíamos era que esa noche ruidos escucharíamos y cosas veríamos, sin saber lo que eran, ni de donde venían, nos fuimos a acostar, nos quedamos como hasta las 4:00 A.M. en ese momento empezamos a escuchar ruidos que provenían de la cocina y del baño, con mucho miedo fuimos ahí con la linterna suya, nos encontramos con la sorpresa de que no tenia pilas, entonces fuimos alumbrando con los celulares, llegamos no había nadie ni nada, y nos asustamos mucho mas. Yo tenia las manos temblando del miedo, a ella sus manos se sudaban, fuimos corriendo al cuarto pero la puerta se cerró, los celulares se apagaron y la puerta del baño se abrió. Pensamos que era una broma de sus padres, por andar despiertas a esa hora en la casa, tuvimos que dormirnos ahí en el piso, porque la puerta del cuarto estaba cerrada con pase. Después de unas horas en el piso, se despertó y vio algo, por supuesto me despertó enseguida para ver si ella estaba quedando loca por el frío pero no, ella no estaba loca porque las dos vimos lo mismo al mismo tiempo, era una mujer de labios rojos, vestido blanco encharcado en sangre, no tenia ojos, su cara estaba totalmente rajada, su pelo era negro y estaba sucio como revolcado en barro. Gritamos y nadie vino a auxiliarnos, después esa mujer se esfumo y no volvió mas, pero quedamos con el miedo de que vuelva y nos mate. Cuando nos acordamos de eso, la mujer terrorífica nos quería decir algo, y siempre lo queríamos descifrar. Nos tomo tiempo en descifrarlo, cuando lo logramos descubrimos que decía "Cuídate de el, aléjate de el, no recibas nada de el, sino pagaras el precio como yo" no sabíamos quien o que era el, así que pensamos que era Satanás (el diablo) no quisimos saber nada de eso nunca mas. No pienses en esto o te sucedera como a nosotras . . .
Publicado por Candela.




Accidente en la montaña



Esta es una historia también muy difundida, de la que hay versiones más o menos similares, no solo en diferentes lugares de la geografía española, sino además en muchos otros países.
En un lugar de la sierra madrileña, en una noche con mucha niebla iba un matrimonio en su coche. Regresaban de pasar un fin de semana en el campo y se dirigían a su casa por una carretera, poco transitada.
De pronto se les apareció una mujer en medio de la carretera con el cuello y la ropa llenos de sangre gritando para que parasen. La familia paró y el marido se bajó del coche. Entonces habló con la mujer que, muy alterada y llorando, le dijo que había tenido un accidente y que se había caído con el coche por un pequeño barranco. La mujer le rogó que la ayudara, que tenía un bebé y se había quedado atrapado entre los hierros del coche, que por favor bajara y lo sacara de allí.
El hombre, como buenamente pudo se puso a bajar por el barranco. Al rato subió muy nervioso con el bebé en brazos, que afortunadamente solo tenía heridas leves, y le preguntó a su esposa dónde estaba la mujer. Esta le respondió que se había sentado en una piedra grande que había allí junto a la carretera, pero cuando miraron ya no estaba. Entonces el hombre se metió rápidamente en el coche con el bebé y le dijo a su mujer que hiciera lo mismo. Arrancó el coche y se fueron. Su mujer, muy enfadada, le preguntó que por qué se iba con el bebé, que por qué no habían buscado a la mujer. El marido le dijo que se tranquilizara y que cuando llegaran a su casa le contaría.
Cuando llegaron, la mujer le pidió explicaciones a su marido. Este le contestó que cuando bajó y cogió al bebé vio a la mujer muerta en el coche, con la cabeza prácticamente cortada debido al accidente. El espíritu de la mujer era el que le había pedido ayuda para que salvaran a su hijo.
Publicado por Candela.




EL GALLO DE LA CATEDRAL



Esta leyenda tuvo su origen en el centro de la ciudad de Quito y se dice que cierto hombre adinerado, vivía como un príncipe y oloroso a perfume bajaba por la plaza grande y frente al gallo de la iglesia de la catedral se burlaba diciéndole...
 
¡Que gallito, que tontería de gallito! Y continuaba su camino hasta una tienda donde bebía hasta embriagarse entrada la noche tomaba el rumbo a su casa.
No sin antes burlarse del gallo de la cátedra, esto lo hacía siempre hasta que cierta noche sintió un escalofrío y las piernas desgarrándosele, para su sorpresa oyó una voz que le decía:
-Prométeme que no volverás a beber
-Lo prometo, no tomaré ni agua.
-Prométeme que no volverás a insultarme
-Lo prometo, no te nombraré.
Levántate y ahy de ti si no cumples tu promesa
La iglesia de la Catedral está situada en la ciudad de Quito, justamente en la Plaza de la Independencia , Plaza Grande y efecto en lo mas alto de su cúspide se encuentra el gallo de la catedral, es un gallo metálico que se tambalea al compás del viento. 





EL PADRE ALMEIDA






Quien no conoce la leyenda de aquel fraile, en quien la tradición ha querido sintetizar una de las malas épocas de la religión Franciscana en el Ecuador.
Manuel de Almeida era un joven de 17 años cuando entró novicio al Convento Franciscano. Hijo único renunció a todos sus bienes y los placeres propios de la juventud, los cambió con la disciplina monástica de su convento.
Para su mala suerte cuando entró al convento, la indisciplina imperaba de manera escandalosa por todo el monasterio; los frailes jugaban naipes, bebían, salían y entraban a cualquier hora, sea por la puerta, sea por el tejado.
El Padre Almeida cedió a las tentaciones de Satanás y sus salidas eran más frecuentes que sus compañeros lo recluyeron para ver si se moderaba. Todo fue en vano. Había estudiado el mejor sitio para sus escapados y este era una pared donde estaba la imagen de un enorme cristo que le servía de escalera para saltar e ir a lugares de diversiones nocturnas.
Muchas debieron ser sus salidas cuando el mismo Cristo se cansó de aguantar las irreverencias del fraile y abrió sus labios y le dijo hasta cuando Padre Almeida? Y el Padre Almeida contestó: “hasta la vuelta Señor”.
En efecto aquella fue la última noche. Cuando regresó al amanecer, ya no fue a la celda, se postró delante del Cristo, que no le volvió a hablar y le prometió no continuar con sus desvaríos. Dice la leyenda que el Padre Almeida no se inmutó ante el reclamo de Cristo. Solo llegó al arrepentimiento cuando un amanecer, al regresar de una parranda, presenció sus propios funerales.